Humor para la navidad
Bailando con mi calavera. (Coplas)
Humor de andalucia
– A ver cuénteme su versión de los hechos -dice el juez.
– Verá, estaba yo en la cocina con el cuchillo de cortar jamón. En esto que entra mi mujer, tropieza, cae sobre el cuchillo y se lo clava en el pecho.
– Ya… – dice el juez – prosiga…
– Pues así, hasta siete veces.
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Dos andaluces trabajando en un pozo. El del fondo le dice al de la superficie:
– Isame!
– Que m’ises?
– Que m’ises!
– Ah, perdona, creia que m’isias algo.
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Esto va un «andalu» a Catalunya y le pregunta a un amigo catalan:
– «Quillo», como se «dise» «edifisio» en catalan ?
– Edifici, le contesta este.
– «Cohone», ya se que «e» «difisi», por eso te lo pregunto
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Dos andaluces, que tienen fama de exagerados, hablando:
—Er otro día canté una saeta en la prosesión y me salió tan bien que la Virgen lloró.
—Pa´ cante bueno, er mío —dice el otro—, que se bajó er Cristo de la cruz y me dijo: «Tú si que cantah bien, ¡no como er mamón de aye que hiso llora a mi mare!»
La uci del internauta
Humor correcto
Vamos con las brujas
Tres millones por ir Marte
Tres millones por ir Marte
Se encuentra la Agencia Aeroespacial Europea seleccionando a un profesional para enviarlo a Marte. Existía un problema y éste consistía en que era muy probable que no pudiese regresar de nuevo a la Tierra.
Entrevistan a un primer candidato, ingeniero, y le preguntan cuanto quería cobrar, y éste dijo:
-Un millón de euros, porque quiero donar esa cantidad al Instituto de Investigación Espacial.
El siguiente candidato era un médico, que a la pregunta de cuanto deseaba cobrar responde:
-Dos millones de euros, porque quería dejar un millón a mi familia, y donar el otro para un centro de investigación médica.
Cuando le preguntaron al tercer candidato, un abogado, cuanto quería, dijo:
-Pues ni más ni menos que Tres millones.
- ¿Por qué quiere cobrar tanto, mucho más que los otros candidatos?, - le preguntó el seleccionador.
-Mire….muy sencillo -replicó el abogado-: si vd. me da los tres millones, yo le daré uno a vd., otro millón me lo quedaré yo, y con el millón restante, mandamos al ingeniero a Marte, ¿Qué le parece?
Toca el violín
-¿Ha visto usted como toca mi hijo el violín? ¿Que le parece su ejecución?
- Hombre, ejecutarlo me parece excesivo, pero dos hostias ya le daba...
Juicio por intento de asesinato
Un juez le pregunta al acusado:
- Señor, se le acusa de tratar matar a su suegra con un hacha, ¿cómo se declara?
- ¡Inocente, Su Señorial... ¡Sólo pretendía espantar la mosca que tenía en la frente!
De bribones anda la cosa
Amante pretificado
El Doctor del pueblo
El Doctor del pueblo una tarde decidió salir a dar un paseo cerca del río y allí se encontró una gran cola de hombres, casi todos los hombres del pueblo estaban allí. El Doctor, muerto de curiosidad, se les acerca y les pregunta que para que hacen cola, uno le responde que para ‘copular’, al tratarse del Doctor del pueblo el último de la fila lo cola una posición y por respeto todos hacen lo mismo hasta que el Doctor llega al rio y allí se encuentra un burro.
El Doctor después de pensar unos instantes llega a la conclusión. “Ahhh!” Así es como se satisfacen estos hombres. Así que se baja los pantalones y empieza a dar al burro por detrás. Al cabo de unos minutos el segundo de la fila le pregunta:
Doctor ¿le falta mucho?
No, ahora mismo acabo ¿por qué lo pregunta?
Lo que pasa es que necesitamos al burro para cruzar el río ya que en el otro lado están las putas!
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Amante pretificado
Una mujer está en la cama con su amante cuando oye al marido llegar y dice al amante:
Vamos, de prisa, quédate parado alli en la esquina.
Rápidamente, ella cubre el cuerpo del amante con aceite y lo salpica con talco por encima y le dice:
No te muevas hasta que yo te diga, finge que eres una estatua, yo vi una igualita en casa de los Almeida.
En eso, el marido entra y pregunta:
¿Que es ésto?
Ella, fingiendo naturalidad contesta:
¿Eso? ah, es sólo una estatua. Los Almeida colocaron una en el cuarto de ellos y me gustó tanto que compre una igual.
Y no se habló más de la estatua. A las dos de la madrugada, la mujer está durmiendo y el marido todavía está viendo TV. De repente, el marido se levanta, camina hasta la cocina, prepara un sandwich, agarra una lata de cerveza y va para el cuarto.
Alli, se dirige a la estatua y le dice:
Toma cabrón, come y bebe algo, yo me quede dos dias parado como idiota en el cuarto de los Almeida y ni un vaso de agua me ofrecieron.
¿Por qué los adivinos no pueden tener hijos?
En un convento la Madre Superiora...
Un joven preocupado tras su primera experiencia sexual,
Hoy vienen los reyes