Humor de andalucia

 

– A ver cuénteme su versión de los hechos -dice el juez.

– Verá, estaba yo en la cocina con el cuchillo de cortar jamón. En esto que entra mi mujer, tropieza, cae sobre el cuchillo y se lo clava en el pecho.

– Ya… – dice el juez – prosiga…

– Pues así, hasta siete veces.

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Dos andaluces trabajando en un pozo. El del fondo le dice al de la superficie:

– Isame!

– Que m’ises?

– Que m’ises!

– Ah, perdona, creia que m’isias algo.

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Esto va un «andalu» a Catalunya y le pregunta a un amigo catalan:

– «Quillo», como se «dise» «edifisio» en catalan ?

– Edifici, le contesta este.

– «Cohone», ya se que «e» «difisi», por eso te lo pregunto

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Dos andaluces, que tienen fama de exagerados, hablando:

—Er otro día canté una saeta en la prosesión y me salió tan bien que la Virgen lloró.

—Pa´ cante bueno, er mío —dice el otro—, que se bajó er Cristo de la cruz y me dijo: «Tú si que cantah bien, ¡no como er mamón de aye que hiso llora a mi mare!»