De bribones anda la cosa


De verdad que me cuesta creer que nuestro emerito pusiera el nombre de Bribón a su barco, por la definición que hace la real academia de la lengua de esa palabra, granuja - sinvergüenza - tunante, pero visto el comportamiento y su trayectoria el si sabia el porque de ese nombre y no lo ha cambiado. Bribón es una palabra muy antigua pero muy acertada para este caso.

Júan Carlos siempre me ha caido muy bien hasta el nefasto día que lo vi posando junto a Corina con un elefante abatido por el y para mi terminó como rey de España.
Rufián intenta hacer un chiste sobre Juan Carlos I

Uno de los que no ha dudado en criticar al rey emérito por esta decisión, es el portavoz parlamentario de ERC, el independentista Gabriel Rufián quien, haciendo gala de ese particular humor negro que le caracteriza, publicó un mensaje, nada más conocer la noticia, en la que señalaba: “Tenía un chiste sobre las corruptelas de Juan Carlos pero se me ha escapado”.


Amante pretificado

 

El Doctor del pueblo

El Doctor del pueblo una tarde decidió salir a dar un paseo cerca del río y allí se encontró una gran cola de hombres, casi todos los hombres del pueblo estaban allí. El Doctor, muerto de curiosidad, se les acerca y les pregunta que para que hacen cola, uno le responde que para ‘copular’, al tratarse del Doctor del pueblo el último de la fila lo cola una posición y por respeto todos hacen lo mismo hasta que el Doctor llega al rio y allí se encuentra un burro.

El Doctor después de pensar unos instantes llega a la conclusión. “Ahhh!” Así es como se satisfacen estos hombres. Así que se baja los pantalones y empieza a dar al burro por detrás. Al cabo de unos minutos el segundo de la fila le pregunta:

Doctor ¿le falta mucho?

No, ahora mismo acabo ¿por qué lo pregunta?

Lo que pasa es que necesitamos al burro para cruzar el río ya que en el otro lado están las putas!

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Amante pretificado

Una mujer está en la cama con su amante cuando oye al marido llegar y dice al amante:

Vamos, de prisa, quédate parado alli en la esquina.

Rápidamente, ella cubre el cuerpo del amante con aceite y lo salpica con talco por encima y le dice:

No te muevas hasta que yo te diga, finge que eres una estatua, yo vi una igualita en casa de los Almeida.

En eso, el marido entra y pregunta:

¿Que es ésto?

Ella, fingiendo naturalidad contesta:

¿Eso? ah, es sólo una estatua. Los Almeida colocaron una en el cuarto de ellos y me gustó tanto que compre una igual.

Y no se habló más de la estatua. A las dos de la madrugada, la mujer está durmiendo y el marido todavía está viendo TV. De repente, el marido se levanta, camina hasta la cocina, prepara un sandwich, agarra una lata de cerveza y va para el cuarto.

Alli, se dirige a la estatua y le dice:

Toma cabrón, come y bebe algo, yo me quede dos dias parado como idiota en el cuarto de los Almeida y ni un vaso de agua me ofrecieron.