Ya tengo vibrador

 


Un padre entra al cuarto de su hija y encuentra sobre la cama un vibrador,

 angustiado el padre decide, después de mucho pensarlo,
enfrentar directamente el tema con su hija.

Cuando ella llega del colegio le dice:
Hija, quiero que hablemos de esto
(mostrándole el vibrador ) ¿Puedes explicarme que significa?

Fácil - dice ella - Tú me has enseñado que debo tener una sexualidad
responsable y por lo mismo he decidido dar rienda suelta a mi alboroto
hormonal con este Vibrador que no me contagia de SIDA, me coge a
cualquier hora, no debo chuparlo para que se pare, me coge por donde
quiero, no me embaraza y no me pone los cuernos. Por lo que he
decidido que sea mi pareja....

El padre la mira seriamente, pensando en su interior, ella tiene razón
y decide dejarla seguir con su Vibrador.
Días después la hija llega del colegio y al entrar a la sala ve a su padre con un vaso de whisky
en una mano y con el consolador en la otra.

Lo mira aterrada y le exclama: ¿Papá que haces con mi Vibrador?.
.
El padre, que estaba muy entonado, la mira con los ojos brillosos y
la lengua medio enredada y le dice...
"¿Qué... no puedo tomarme un whisky con mi yerno...?


Padre, perdóneme porque he pecado

 


Padre, perdóneme porque he pecado (se escucha una voz femenina en el confesionario)
Dime, hija, ¿cuáles son tus pecados?
Padre, el demonio de la tentación se apoderó de mí, pobre pecadora.
¿Cómo es eso, hija?
Es que cuando hablo con un hombre tengo sensaciones en el cuerpo que no sé como describirlas....
Hija, por favor, que también soy un hombre...
Sí, padre, por eso vine a confesarme con usted.
Bueno hija, ¿y cómo son esas sensaciones?
No sé cómo explicarlas, por ejemplo, ahora mi cuerpo se rebela a estar de rodillas y necesito ponerme más cómoda..
¿En serio?
Sí, quiero relajarme y quedarme tendida...
Hija, ¿tendida cómo?
De espaldas al suelo, hasta que se me pase la tensión...
Y qué más?
Es como que tengo un sufrimiento que no le encuentro acomodo.
¿Y qué más?
Como que espero un poco de calor que me alivie....
¿Calor?- Calor, padre, calor humano, que lleve alivio a mi padecer...
¿Y cuan frecuente es esa tentación?
Permanente, padre, por ejemplo, ahora me imagino que sus manos sobre mi piel me darían mucho alivio...
¡Hija!
Sí, padre, perdóneme, pero me urge que alguien fuerte me estruje entre sus brazos y me dé el alivio que necesito...
¿Por ejemplo yo?
Por ejemplo, usted es la clase de hombre que imagino me puede aliviar.
Perdóname , hija mía, pero necesito saber tu edad...
Setenta y cuatro, padre.
Hay Hija, vete en paz y no estés fregando que lo tuyo es reumatismo...