En una clínica clandestina del estado de Carolina del Norte
esta señora se sometió a un trasplante de pene.
Era el de su difunto marido que por su gran tamaño
no quiso desperdiciar y lo clonaron para que tuviera dos.
Confiesa que nunca se pone sujetador,
para no desperdiciar los momentos
en el que poder disfrutar de sus preciado dones.
Se siente por fin realizada como mujer
y le da las gracias a su marido por su gran atributo...
Nota de prensa cedida por la sucursal de Carolina del Norte
de casos insólitos de la agencia reyesbur...
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