Una pareja de septuagenarios viaja a España de turismo, y como no podía ser de otra manera, van a Las Ventas a ver una corrida de toros.
Al salir del espectáculo, deciden cenar en un restaurante donde sirvan típica comida española. Una vez ubicados en una mesa, le piden al mesero que les sirva la comida mas alegórica a las corridas y esa onda,
a los 20 minutos, el mozo se presenta con una bandeja tapada con una campana; al abrirla, entre volutas de vapor y un exquisito aroma, aparecieron dos enormes "bochas" de algo desconocido para los vejetes; todo adicionado de guarniciones varias.
Comieron de buen gusto aquel manjar; y antes del postre, le preguntaron al mesero:
- oiga, buen hombre; que es esto tan delicioso que acabamos de comer? - y el cantinero les respondió:
- Pues, tío, son los cojones del toro que acaban de torear en Las Ventas...!! Verdad que es un manjar?
- Pues si que lo es!! - respondió el jovato.
Al fin de semana siguiente, la pareja visito Toledo. Concurren a un comedor y para repetir, piden al mesero que les sirva el mismo menú que degustaron en Madrid.
Al llegar la comida, descubren que la ración no era ni la décima parte de la que les sirvieron allí. El Hombre, ofuscadísimo, pidió hablar con el encargado y le dijo:
- Mire, amigo; estoy muy disconforme con la ración que nos han servido!!
Fíjese que en Madrid, la semana pasada hemos pedido el mismo menú y resulto ser muchísimo mas abundante que la que nos han dado aqui!! Dígame; a que se debe!!
Y el maître les contesto:
- Pues coño caballero!
ES QUE NO SIEMPRE PIERDE EL TORO!!
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