Hubo un robo en una joyería. Llega la policía y encuentra las ventanas rotas y a un viejecito mendigo cerca de la puerta.
Los policías dicen:
-¡Este es el ladrón! ¡Llevémoslo a la fuente del parque para que confiese!.
Lo llevan y lo meten de cabeza dentro del estanque; lo sacan y le preguntan:
-¿Dónde están las joyas?
El viejecito no contesta nada, entonces lo vuelven a meter durante más tiempo. Lo sacan de nuevo:
-¿Dónde están las joyas?
Sigue sin contestar, lo meten la tercera vez, durante dos minutos, entonces el viejecito levanta una mano y un policía dice:
-¡Ya va a hablar!
Lo sacan y le preguntan:
- A ver, ¿Dónde están las joyas? ¿Qué tiene que decir?
- Que mejor que llamen a un buzo porque yo sin gafas no veo nada.
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