El calzón negro, poema de humor.


Salió una anciana del baño,
Su viejito la miraba
Y al punto le preguntaba:
“De dónde es el gusto extraño
Pues ya llevas varios años
Usando ropa interior
De oscuro y serio color,

Y ya mi vista se aburre,
Qué acaso no se te ocurre
Que eso te da más calor?

La viejita indiferente
Caminando paso a paso
Levanta en su mano un vaso
Y allí sumerge los dientes.
Al viejo mira de frente
Para darle explicación.
Se acomoda en el colchón
Y guarda una breve pausa,
Aquí te digo la causa
De lo negro del calzón.

Muchos colores usé,
Pues la carne firme estaba,
El fuego que me quemaba
Contigo lo disfruté.

Hace tiempo lo apagué
Por no hacerlo disoluto,
Te fui fiel en lo absoluto
Lo que te digo es muy cierto:
Cuando el pájaro está muerto,
El nido viste de lutoooo...

Que calor hace...humor

En la escuela el profesor de Literatura le pregunta a uno de los estudiantes 
que atiende a su clase:
Ortega, ¿por qué le ha puesto acento a la palabra "calor"?
Es que he oído en la radio que en estos días el calor se acentúa.
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Berta, dame 1000 dólares para comprarme un helado
Pepe ¿Tu estas loco?, ¿cómo es que necesitas 1000 para eso?
Es que me gustaría tomármelo en Brasil.
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Un transportista llevaba una partida de pingüinos hacia el zoológico, cuando a medio camino se le estropea el camión refrigerado. Preocupado, trata de reparar el problema y al ver pasar un camión repartidor de leche consigue que se detenga. Entonces le dice al lechero:

Mira, le voy a dar quinientos euros para que me haga el favor de llevar estos pingüinos al zoológico.
El lechero toma el dinero y se lleva con gusto a los pingüinos en su camión refrigerado. Mientras tanto, el transportista logra arreglar el daño, y de inmediato enfila hacia el zoológico. En cuanto llega, ve salir al lechero del zoológico con los pingüinos, en fila, detrás de él y le pregunta:
¿A dónde va de nuevo con los pingüinos?
Mire, ya los he llevado al zoológico, pero como me ha sobrado dinero los voy a llevar ahora al cine.

Por el olor, Paco...Humor

Por el olor

Un campesino y una campesina van por el campo y la mujer le pregunta al hombre: 
Oye, Paco... ¿Cómo sabe el caballo cuando quiere la yegua? 
Por el olor, mujer, por el olor. 
Un rato después la chica le vuelve a preguntar al chico: 
Oye, Paco, ¿y el perro? ¿cuándo sabe el perro cuándo lo quiere la perra? 
Pues por el olor, por el olor. 
Más tarde, la chica le vuelve a preguntar: 
Paco, ¿y el toro cuándo sabe cuándo quiere la vaca? 
Mujer, ya te lo he dicho: ¡por el olor! 
Pues Paco, ¿tú eres maricón o estás resfriado?

Er Feibu no me va...humor

Er Feibu no me va

Un gitano con el ordenador...
¿Ays qué pasa con el "feisbu"? Me dise "su clave es incorresta", 
entonces pongo "incorresta" pero ¡no abre!
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El informático celestial

Un día se murió un experto en programación y automatización de sistemas. Llevaba una vida ejemplar, pero no creía en Dios, por tanto lo mandaron al infierno. Era muy bueno programando y en poco tiempo arregló todos los desperfectos en el infierno, dejando todo que funcionara en forma automática, sin tener que resetear los equipos. 
Instaló acondicionadores en las oficinas, cafeteras automáticas, sistema multicanal de TV en todos los departamentos y puso a funcionar muchos otros servicios. Dios al enterarse de todo esto lo quiso transferir al paraíso, pero el Diablo se opuso. Dios se molestó y le dijo: 
¡Te voy a demandar! 
Sí, como no, dijo el Diablo con sarcasmo.
¿Y dónde encontrarás un buen abogado, si en el paraíso no hay ninguno?

MI familia y el 600, una historia verídica...

Tengo que contar esta historia de mi familia que es verídica...Mi padre se compró un Seat 600 que en invierno era todo un reto porque con el frío y todas las ventanillas cerradas se empañaban los cristales, teníamos que abrirlas y al momento el vaho se congelaba y no se veía nada, pero lo peor era la escarcha que enseguida cubría a mi madre en el pelo y daba miedo, parecía salir de un refrigerador de la mortuoria...al perro se le quedaban los bigotes congelados y parecían estalagmitas...

Pero como quiera, el invierno era pasable, lo más duro llegaba en los veranos de camino a la playa que si abrías la ventanilla el aire caliente con sus sesenta grados te ponía la cara como una cazuela de pulpo a la gallega, incluso con sus motitas y todo, que parecíamos tener el sarampión...

Teníamos que ir cargados con bidones de agua porque se calentaba tanto el motor que parecía más bien una locomotora cuando por todos lados salia vapor del radiador...Ni que decir tiene que cada 50 kilómetros teníamos que parar, mi padre decía que a estirar las piernas, pero la verdad es que si no paraba, el coche decía hasta aquí llegue y ya teníamos el día de playa echo.

Entre paradas y agua y más paradas y mas agua para el 600 y para no deshidratarnos nosotros y el perro, llegábamos a la playa cuando ya la gente estaba recogiendo para irse, yo a la única que veía feliz con eso era a mi madre, era muy blanca y con cinco minutos de sol se ponía del color del coche, así que desde el paseo donde le pedía a mi padre que abriera la sombrilla, se sentaba a mirar con sorna a esos besugos que se tostaban en la playa. ella decía, que tontería con lo hermoso que están crudos.

Mi padre lo sacaba todo aunque yo le dijera, ¿para que papa? si ya nos vamos a Sevilla, tu calla, que no nos vamos a llevar la tortilla de papas de vuelta...mi madre agarraba la fiambrera y cogía un trozo de tortilla pequeño para mi padre y para ella, decía que con el calor no se puede comer mucho, pero a mi me largaba tortilla y media porque estaba creciendo y tenia que comer bien, aunque yo nunca noté ese crecimiento...

Como yo era hijo único, me decía que era su ojito derecho, mi padre se quedaba muerto hambre mirando con envidia los trozos de tortilla que me zampaba y ella le decía que lo hacia por su bien, cuando ya tenia la barriga que no podía más, me tomaba un litro agua y me entraban unos sudores que no tenia que bañarme para estar bien mojado...

Yo quería bajar a pisar el agua pero nunca me dejaban porque me decían que no podía mojarme haciendo la digestión y veía con envidia a los demás niños que ya estaban saliendo del agua...Pero lo peor estaba por llegar...

Recogíamos rápido para que no nos cogiera la caravana de vuelta, pero íbamos tan despacio para que no se calentara que la guardia civil nos escoltaba por el arcén de la carretera y como a la ida, el coche se paraba cada 50 kilómetros a pedir agua...tardábamos otras seis horas en llegar a Sevilla y despertar a todos los vecinos con nuestras descargas y subida de bártulos a la casa...

Antes de dormir y ya agotados, mamá hacia siempre una oración...Gracias señor por otro maravilloso día de playa que no muchos pueden disfrutar...una vez que me dio por reírme, mi padre me arreo un meneo en la cabeza que estuve mareado tres días...

Parábola electoral, estamos de elecciones, a mentir sin contemplaciones...

Parábola electoral: un político en campaña muere trágicamente y San Pedro le ofrece pasar un día en el Infierno y otro en el Paraíso para que después elija donde quedarse por toda la eternidad.

En el Infierno la pasa de maravillas, porque es un enorme campo verde en el que hay hermosas mueres, comida gourmet y un Diablo que cuenta chistes divertidos y baila de lo lindo. En el Paraíso también la pasa bien, saltando de una nube a otra y tocando el arpa.

Elije, pues, el Infierno. Pero cuando San Pedro lo lleva hasta el fondo de ese abismo, las cosas no son como le habían mostrado, y aquel campo verde es en realidad un depósito de basura y sus amigos que antes disfrutaban con champán y jugaban al golf estaban hechos una miseria entre desechos.

No entiendo, dice el Político contrariado, no es lo que me habían mostrado. Y el Diablo, el verdadero, sonríe: "Ayer estábamos en campaña. Hoy... ya votaste por nosotros".
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Un candidato en plena campaña electoral lleva juguetes a los niños de un hospital público. El director le reprocha: “Usted les trae juguetes y los chicos hace dos días que no comen...”.  Entonces el político, enojado, mira a los pequeños y les dice: “¡Ah, no. Si no comen no hay juguetes!”.