No lo dejes para mañana, si puedes coger hoy...

El día que me casé
la felicidad llovía,
que buena estaba mi mujer
y hay que ver como cogia...

Apapachos y arrumacos
en el almuerzo y la cena
y cuando iba a la cama
se convertía en verbena.

Mi pocholito está flojo
yo te lo voy a animar
con un poquito de nata
y de jalea real...

Así decía mi parienta
zampándose aquel asunto
y de tanto que zampaba
casi me deja difunto...

Las bodas de plata se acercan
ni se acuerda del mandado
que si le duele la cabeza
o que yo estoy fatigado.

Jovenzuelos aprovechen
esos años tan fogosos
antes que quedéis pendejos
y se la coja otro mozo...

Ángel Reyes Burgos