Humor Yiddish


El viejo Motl estaba agonizando, su larga vida llegaba al final.
El médico de guardia observaba como el anciano se dirigía a sus hijos, que lo acompañaban parados al lado de la cama.
- ¡¡¡Dvoire!!!, ¿estás ahí ?. Para tí, hijita, todas las casas del barrio más residencial de la ciudad, te lo mereces por que siempre has sido una buena hija.
- ¡¡¡Móishele!!!, querido hijo mayor... A tí te dejo todos los edificios del centro.., gracias a tu esfuerzo, he podido crecer económicamente y viajar tres veces a Israel...
- ¡¡¡Iósele.!!!, ¿está Iósele aquí? Para tí ínguele (chiquito), las casitas del barrio obrero...
- Cuantas propiedades que tiene don Marcos, dice el médico.
- Nooo... responden los tres hijos, es que tenemos un reparto de aguas gaseosas a domicilio..

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Rebeca lleva a su hijo al bus escolar en su primer día de escuela primaria.
- Pórtate bien, mi búbale -le dice-. ¡Ten cuidado y piensa en tu mami, tátele! (papito).
- Ven directo a casa en el bus, shein ínguele( mi lindo nenito).
- ¡Mami te quiere mucho, mi kétsele! (mi gatito).
Al final del día, llega el bus y ella corre a abrazar a su tesorito.
- Y ¿qué aprendió mi púpele en su primer día de clases?

- Que me llamo David.