Pensión de invalidez


Al cumplir la edad reglamentaria un hombre se presentó al Seguro Social a tramitar su pensión por vejez.
La funcionaria detrás de la ventanilla le pidió la cédula pensionario para verificar su edad.

El hombre buscó en todos sus bolsillos, pero finalmente cayó en cuenta que había dejado su cédula en la casa.
Le dijo a la oficinista que lo sentía mucho, que iría a la casa y volvería más tarde.

En eso, la oficinista le dijo:
'Desabotónese la camisa'.
El hombre lo hizo 
 y mostró los vellos canosos de su pecho.

'Esos vellos canosos son prueba suficiente para mí',
dijo la mujer y procesó la solicitud.

Cuando el hombre regresó a casa, 
emocionado le contó a su esposa lo que le había sucedido en el Seguro Social.
Comentó entonces ella:

'¡¡¡Debiste bajarte los pantalones. A lo mejor también te DABAN una pensión por invalidez!!!'.

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